4 de febrero. Nueva York. Cero grados en la calle, lo pone el termómetro de la limusina. Acudo al estreno de mi última película (hago un pequeño papel secundario) con un precioso vestido de tirantes dorado de Prada, y sin medias, por supuesto.
Dentro de la limusina estamos a unos agradables 26 grados, me da miedo salir.
"¿Tienes bebida en el minibar?"
"Si, hay whisky".
Le meto un par de tragos a la botella a ver si entro en calor. Salgo, los fotógrafos toman sus fotos. La gente me pide autógrafos, pero no quiero estar más de dos minutos en la calle, podría morir congelada.
Ni siquiera soy capaz de levantar la mano para saludar, la llevo pegada al cuerpo para mantener el calor, estoy tiesa. Hago un esfuerzo, levanto medio brazo, saludo y voy corriendo dentro del teatro. Busco el baño más cercano, para ponerme debajo del secador de manos, a ver si entro en calor. Mientras bailo y salto al lado del secador, entra Zoe (la prota de la película). Mierda, encima me tiene que ver aquí haciendo el tonto.
Está liada con el actor protagonista de la pelí, Carl. Antes de que se enrollaran, Carl y yo habíamos tenido nuestro tonteo, pero desde que Carl vió en directo el contorno de tetas de 100 cm. que tiene Zoe, ya no tuve nada que hacer.
Voy al photocall apareciendo lo más digna que puedo. Veo de lejos a Carl ¡Qué guapo está! Pero no, se portó mal conmigo, me seguía dando esperanzas mientras se estaba beneficiando a la otra, negando lo evidente: que ya estaba con ella. Un cobarde así no se merece una mujer como yo.
Entramos al cine. La película es aburridísima. Es la típica de acción: persecuciones, disparos, explosiones, etc., y alguna ración de sexo. Sinceramente, lo único salvable soy yo, hago de mala de la peli y es muy divertido.
"¿Es cierta la rivalidad que tuvisteis Zoe y usted durante el rodaje?¿De verdad llegasteis a las manos por los vestidos que debía lucir cada una?"
"No, no, eso es totalmente falso".
"Bueno, te voy a contar una cosa, pero que quede entre nosotros. Vi que me habían robado algún vestido, y monté en cólera. Después descubrí que los vestidos estaban en el camerino de Carl, y pensé que los guardaba allí para Zoe, pero ella me dijo que no sabía nada de los vestidos. Más tarde averigüe que al chico le gusta travestirse. Por supuesto, no puedes contar nada de lo que te he contado".
"Claro, claro". Ja, un rumor tan jugoso seguro que tarde o temprano es de dominio público, aunque me lo acabe de inventar.
Qué fatal es ser celebrity...bufff,los días de los estrenos son geniales y más si le pasan cosas como a la de tu historia!jeje
ResponderEliminarUNBESSOO
YO KIERO SER CELEBRITY!!!!! aunke tb hay ke pensarlo no???
ResponderEliminarpero si hay buenos tragos ahi esoty yop!
KISSES
XOXO
Te veo muy bien metida en tu papel de celebrity. ¡Qué dura vida! Por cierto, te he dejado un premio y un meme en mi blog, por si te apetece pasarte.
ResponderEliminarMe encanta tu vida con celebrity es de lo más ocurrente, saludos.
ResponderEliminarmasquemaquillaje2009.blogspot.com
Me ha encantado!
ResponderEliminarBesos