Regalos de San Valentín, para ella y para él

Aunque no sea más que una fecha inventada para favorecer el consumismo, a todos nos hace ilusión que nuestro amor nos haga un regalo de vez en cuando. Sí, ya sé que cualquier día del año se puede celebrar y regalar cosas, no sólo el Día de los Enamorados, pero seamos sinceros ¿cuántos días apareces por sorpresa con un regalo? Pues eso, que si no lo haces el resto de año, puedes hacerlo por San Valentín, y si no tenemos ideas de qué regalar, aquí van unas cuantas ideas de regalos, para él y para ella


Regalos de San Valentín para él


Puedes regalarle ropa, algún perfume, algo de tecnología, una escapada a Londres, algo de tecnología, algo para practicar deporte, un plan diferente y atrevido para hacer juntos, un libro dedicado con un significado especial para los dos... Ten en cuenta sus gustos y fíjate en lo que le hace falta. Ser detallista y demostrar que le conoces vale mucho más del dinero que te puedas gastar. 

Regalos de San Valentín para ella


Se puede regalar desde lo más obvio, como la lencería o algo rojo para decirle lo mucho que estás enamorado de ella. Regalar lencería es el preludio de una noche sexy y llena de emociones compartidas. 




Aunque a veces basta con un pequeño detalle como una vela aromática de Yankee Kandle o unos bombones de Mamá Framboise para acompañar el ramo de flores rojas. San Valentín es para disfrutar con los cinco sentidos: vista, oído, tacto, pero también olor y sabor ¿por qué no?



Las joyas son otro de los regalos más clásicos de San Valentín. No caigas en cursiladas o cosas demasiado ñoñas y regala algo que dé gusto usar los 365 días del año. Me gusta este collar de Viceroy, que cuesta 49 euros y que te permite personalizar el colgante con los charms que quieras. Así demuestras tu personalidad única.



El regalo de San Valentín más original de todos con el que brindar por vuestro amor con champagne es esta cubitera de Veuve Clicquot, al mismo tiempo es un megáfono con el que gritar tu amor. Porque cuando estás enamorado tienes ganas de proclamarlo a los cuatro vientos.

Así puedes brindar también por el amor, ese sentimiento tan bonito que tantas alegrías nos da. Lo de las penas por amor, mejor lo dejamos para otro día que no sea el Día de los Enamorados ¿verdad?


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